Estamos a las puertas de un nuevo Congreso del PP. Una excepción: se celebra en Valencia. ¿O un síntoma? Rajoy está en una situación de tal debilidad que para ganarse los apoyos de uno de los barones más fuertes del PP, cede a la propuesta de celebrar el Congreso en Valencia. Lo que al mismo tiempo, pone en evidencia las dificultades que tiene con la dirección de Madrid, y sitúa en el corazón del PP y como líder en la carrera sucesoria a Camps.
Otro signo de debilidad: para no volver al lodazal de la lucha interna, el nombre de la persona que ocupará la Secretaría General del PP se mantiene en silencio hasta dar el pistoletazo de la salida del Congreso.
Aunque las noticias van llegando: González Pons parece que se cae de los pronósticos. Ana Pastor no parece reunir las condiciones necesarias. Pío García Escudero duda. Javier Arenas se autodescarta (llamativo lo de Arenas: apoya a Rajoy, pero da un paso atrás, ¿para no quemarse?, ¿también quiere entrar en la carrera sucesoria?). Lamela, entra en las quinielas (en el PP vale todo: apoyas a Aguirre y criticas a Rajoy, pero te puedes convertir en su mano derecha. Bendita democracia interna)...
Total, que todavía nos quedan unas horas para despejar la incógnita de la ecuación.
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