Un poco de indignación sí que produce escuchar a la responsable de las políticas de igualdad de la Comunidad de Madrid jugar con las cosas de la conciliación.
La señora en cuestión, tan irrelevante que tan siquiera su nombre es de dominio público, para promover el reparto equitativo de las tareas domésticas entre hombres y mujeres va y suelta que es posible aprender inglés mientras se plancha, que los hombres se tienen que animar, porque con la plancha en la mano, pueden estar escuchando lecciones de inglés...
Si no fuera porque es un asunto serio...
Ya, ya se que tampoco la Ministra Aído ha estado muy fina, ni explicando eso del "teléfono para maltratadores" (siempre que tiene que salir una segunda voz a explicar lo que ya has explicado es que no lo has explicado bien), ni con lo de las "miembras".
Y lo siento, pero no. Ya se que el lenguaje pone en evidencia, en este caso, las barreras a la igualdad de género, pero no creo que el mejor camino para solventar una cuestión tan importante sea recurrir al barbarismo y apalear nuestra lengua.
miércoles, 11 de junio de 2008
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