Cual Mortadelo, en los últimos años hemos visto a Esperanza Aguirre disfrazada de arquitecto-albañil (con casco), de bombero (con otro casco), de jugador de la selección española de fútbol (con camiseta), de jugador del Real Madrid de baloncesto (con camiseta), tocando la guitarra, montando el bici... y porque el maillot rosa de Contador no le valía, que si no...
Aguirre se maneja bien en estos juegos. Es de esos políticos de los que se dicen que ganan en las distancias cortas. Ella sabe dónde está la cámara y el micro. Siempre tiene una mirada y una palabra preparada.
Sin lugar a dudas, ha ganado con el paso del tiempo. Ya hemos olvidado aquella Aguirre ridiculizada continuamente por los reporteros de CQC. Sus meteduras de pata e ingenuidades.
Ahora es la reina del populismo. Es la Isabelita Perón del PP. La reina de Madrid. Su espacio natural son los mercados, los corrillos, el beso a la abuela, al achuchón al niño.
Su discurso no es elevado. Su talla política no es destacada, pero es la mejor jugando a la complacencia. Es la dama del populismo.
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