domingo, 22 de junio de 2008

Día 22

Para encontrar la esperanza (y hoy no hablaré de política) hace falta ignorar la historia, las estadísticas, los antecedentes e incluso, los resultados que ya sabemos de esta Eurocopa.

Si en la primera fase se fueron a casa algunos favoritos: Francia, la República Checa... En cuartos han caído 3 de los 4 equipos que acabaron primeros de grupo en la fase inicial del campeonato. Esperemos que España esta noche no haga pleno.

Los partidos disputados de cuartos han servido para decir adios a las dos selecciones que habían realizado un juego más vistoso y entretenido: Portugal y sobre todo, Holanda. Seguramente afectadas por males similares a los de la selección española: la falta de competitividad cuando llegan los momentos importantes.

Una especialista en estos lances, en los momentos importantes, digo, es Alemania, que como todo el mundo sabía, se planta en semifinales y además, se asegura un cruce sencillo, en principio, contra una Turquía que llega desgastada después de jugar un partido muy intenso contra Croacia y penalizada por lesiones y sanciones.

Por la puerta de atrás se ha colado Turquía, un canto a la confianza y a la fortuna, que se deshizo de una Croacía que había ido creciendo a lo largo del campeonato.

Como también creció Rusia, con un buen puñado de talentos recuperados de lesiones y sanciones, que dieron ayer, ante Holanda, un auténtico recital de fútbol. ¡Qué gustazo!

Y es que, esta Eurocopa, para los que llegábamos muy críticos, para los que creíamos que iba a ser pasto del anti-fútbol, de la sobriedad, del dominio de lo físico sobre lo técnico (y no está descartado, si finalmente Italia acompaña a Alemania en semifinales), ha permitido el disfrute, la belleza, la rapidez, la precisión, el regate, el talento.

¡Bendita Holanda, y Portugal, y Turquía, y Rusia! Y España. También España, porque se ha alejado de la apuesta de Alemania, Italia, Francia y compañía.

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