Como todo el mundo, yo también tengo mis perversiones. Y la más confesable es mi gusto por el fútbol; un deporte que practico, escucho (bendita radio), y cuando puedo, veo.
Pues bien, hoy empieza la Eurocopa. Y lo digo así, sin mayúsculas ni exclamaciones, porque no encuentro alicientes a priori. Lo que no significa que me chupe un buen número de partidos; ojo.
Lo de los alicientes lo digo porque el principal, nuestra selección, hace ya tiempo que no despierta en mi ninguna pasión. Ni las más bajas. Y más cuando se ha arrastrado ante Perú y EEUU en partidos recientes. Esto sí con exclamaciones: ¡¡Perú!! y ¡¡EEUU!! (desde el respeto).
¿Y los demás?, ¿los favoritos? Bueno, Francia cada vez más entregada al músculo. Italia, el aburrimiento y la contención. Alemania, la intrascendencia.
No llegarán a nada. Siempre pasa. Pero tengo las esperanzas depositadas en Holanda (llega jugando bien), en Portugal (la típica selección con juego vistoso que se queda con las ganas), y la República Checa (una selección potente y elegante).
En unas semanas la solución.
sábado, 7 de junio de 2008
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