Así, con mayúsculas: GÜEMES, DIMISIÓN.
¿Qué tendrá la pobre Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid que los tipos menos capaces, más descarados y más prepotentes terminan cayendo por allí? Primero fue Lamela y ahora Güemes.
El chiquito majo del flequillo, el ejemplo de varón moderno, el cachorro fiel de Esperanza Aguirre, sale al paso del vídeo en que su jefa se pone brava, chula y hasta canalla con el personal del Hospital Ramón y Cajal en una visita reciente, diciendo que las personas que pedían respeto hacia el sistema público sanitario de la Comunidad eran untados del PSOE y gente que vive sin trabajar.
La falta de respeto de los personajes que rodean a Esperanza Aguirre roza lo grotesco. Habrán estudiado en los mejores centros (privados, seguro), pero se les nota entre poco y nada.
Pero no hay que dudar de una cosa: si se muestran con tal prepotencia y arrogancia, si se ofrecen con menosprecio y altanería, sin son despectivos y miserables, si practican la condescendencia y la burla es porque a quien se deben, quien está por encima de ellos, la señora Aguirre, se lo permite.
En último término, sus Consejeros no son más que un vivo reflejo de la actitud de la Presidenta de la Comunidad de Madrid para con los ciudadanos de la región.
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