Hace unas semanas, durante una comida de trabajo, unos amigos y compañeros me lo oyeron decir y aquí lo repito: el actual Secretario General probablemente no sea la persona más divertida, más amena y más extrovertida que tiene en sus filas el PSM, pero es que el estilo de Tomás, sin conocerle, parece otro: la discreción, el trabajo de base. Es el estilo del corredor de fondo. Parece que no le gustan los focos, que huye del primer plano.
Por supuesto, está alejado del estrambote de la que será su rival, Esperanza Aguirre. Probablemente nunca le veamos disfrazarse de rockero, de albañil, de jugador de la selección, de ciclista... como hemos visto a aquella. El populismo no parece el estilo de Tomás, aunque me cuentan algunos amigos que le conocen de Pinto, que allí despierta pasiones.
En un momento en que la política vive de cara a las cámaras y al micrófono, donde el espectáculo y la pose es fundamental, Tomás introduce aire fresco, seriedad y serenidad; como si pidiera respeto por la labor del político. Que buena falta hace.
domingo, 13 de julio de 2008
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