Ayer, en mi viejo barrio, me encontré con una enorme valla publicitaria que decía algo así como que con nuestros impuestos se financiaba una red sanitaria pública envidiada en todo el mundo.
Si no hubiera sido por el firmante de tal afirmación no existiría este post, pero como quien firmaba el mensaje era la Comunidad de Madrid, pues aquí estamos.
La cuestión tiene dos partes. La primera, la de los impuestos. Cuando menos, resulta paradójico que quien está constantemente clamando en contra de los impuestos que sufrimos (Aguirre, para más datos), nos explique que gracias a ellos tenemos un sistema sanitario público envidiado.
La segunda parte tiene que ver con el objeto de la envidia: la red sanitaria pública. Y pongo en negrita lo de "pública", porque resulta esquizofrénico que el Gobierno de la Comunidad de Madrid alabe el sistema sanitario público de la región y, día tras día, tome decisiones que lo debilitan en favor de la sanidad privada.
La desfachatez de Esperanza Aguirre no encuentra límites.
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