Si vuelvo a escribir de Rock in Río, el Festival de las Marcas, es porque he leído no se donde y a no se quien (a personas relevantes de la izquierda más a la izquierda, esa que está a la greña cada dos por dos), ensalzar dicho evento como si fuera un hijo.
Sí, esa misma izquierda que se declara anti-capitalista, anti-globalización, y en ocasiones, anti-sistema.
A algunos dirigentes de esa izquierda les hemos escuchado loas a un espectáculo volcado en el patrocinio, en la relevancia comercial, en la preponderancia de grandes marcas de telefonía, de refrescos, de bebidas alcohólicas, de coches, de cadenas de fast-food, de grandes superficies comerciales, e incluso, de ETT's.
Piropos y festejos por un espectáculo donde la música estaba puesta al servicio de esas grandes firmas, de sus ventas, de su imagen, de sus productos... Sí, Dylan, The Police, Estopa, Shakira y compañía puestos al servicio de El Corte Inglés, de Movistar, de Randstad, de Burger King...
¿Falta de coherencia? Ya nos los explicaran y seguro que lo comprendemos, o no.
jueves, 10 de julio de 2008
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