Al pobre Mariano Rajoy le crecen los enanos. Cuando no tiene un desliz a micrófono abierto, se le sublevan las gentes de Navarra.
¿La última? Aguirre y Aznar ("la doble A"), junto a las jóvenes gaviotas, criticando la tibieza de la posición del actual líder del PP. Debe ser que no le perdonan que use menos la calle, la manifestación constante, el insulto, la confrontación o el uso de las víctimas de ETA para hacer oposición.
El pobre Rajoy no sabe para dónde tirar. Está desorientado. Si se modera, resulta irrelevante y anodino. Si se encabrona, resulta radical y "derechón".
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