No les falta razón a los Alcaldes cuando dicen que el actual modo de repartir los dineros públicos entre la Administración Central, la Autonómica y la Local es manifiestamente injusto.
Ahora, lo que no se puede negar es que la geografía nacional está plagada de ejemplos de Alcaldes "ligeros" en la gestión de tales dineros. Y uno de ellos, sin lugar a dudas, es Gallardón.
Lo que no puede pretender "el tapado" es que el Estado venga a cubrir la deuda que ha generado una gestión muy dada al gasto desproporcionado, a las grandes obras, a tremendos costes en publicidad y propaganda...
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