Mil veces hemos hablado del uso partidista y en beneficio de sus ambiciones personales que Esperanza Aguirre está realizando de las instituciones madrileñas. Pues bien, el escándalo de los espías y el caso Gürtel no son más que manifestaciones, efectos, de unos usos que están hundiendo a las instituciones madrileñas en un descrédito sin igual.
En el primer caso, la trama de espías pagados con dinero de la Comunidad de Madrid, se trata de un montaje que tenía como finalidad ofrecer información que permitía a Aguirre no sólo controlar el PP de Madrid, sino además, mantener vivas sus aspiraciones de relevar a Rajoy.
En el segundo caso, terminaremos por saber que no sólo era una trama montada para el lucro personal, sino que probablemente, también servia para financiar al PP en su actividad cotidiana y sobre todo, en los actos electorales.
¡Vaya banda!
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