Si como hoy ha dicho Esperanza Aguirre la fiabilidad de las pruebas que implican a la trama del caso Gürtel fuera similar a la probabilidad de que Angelina Jolie tenga un romance con el Alcalde de Torrejón, sería más que razonable que Baltasar Garzón empleara sus esfuerzos en otros asuntos.
Pero lo cierto es que las pruebas están ahí y que el descaro, la falta de ética y de escrúpulos de la Presidenta de la Comunidad de Madrid son de tales dimensiones que día sí, día también le llevan a pronunciarse de un modo que no sólo logra poner en entredicho la ya de por sí maltrecha imagen de las instituciones madrileñas, sino de todo aquello que se interpone en su camino.
Las palabras de esta señora han dejado de tener tiempo hace mucho tiempo
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