domingo, 2 de mayo de 2010

Velo

Ya ha pasado la avalancha "velista". Por fin. Los medios de este país son capaces de convertir lo anecdótico y extraordinario en un debate nacional.

También son capaces de generar linchamientos, en este caso, de la chica del velo (¿qué más da cómo se llame pues cuántas portadas quiso?). Ella pasaba por allí y los medios la concedieron sus portadas durante una semana. Un auténtico despropósito.

Por lo general, los protagonistas se vuelven víctimas. Y este caso no podía ser una excepción: tuvo que cambiarse de colegio, dejó de asistir a clase y de aquí hasta que retorne al anonimato, para todo el mundo, para sus vecinos, para sus compañeros de clase, para sus profesores, será "la chica del velo".

Tema de otro post es el debate sobre la presencia de simbología religiosa en la red pública de centros educativos, y no tengo el cuerpo pa farolillos.

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