Contestar, en sí mismo, supone un auténtico compromiso: significa poner en juego tu palabra. Por eso, muchos optan por callar cuando hay problemas. (¿Rajoy?, sí, entre otros muchos): "no digo nada a ver si escampa" o "no hago declaraciones".
Los expertos en comunicación dicen que callar es un error; que es necesario abordar los retos y ofrecer respuestas.
A quien decide tomar el toro por los cuernos y tratar de responder, pero siempre dicen "sí".
Para muchas personas el "no" constituye un auténtico reto, por lo que prefieren dejar pasar el tiempo a ver qué pasa, o recurrir a alguna muletilla del tipo "pues ya nos veremos" o "seguro que se resuelve".
Decir que "no" es complicado. Quien no sabe enfrentarse a tal situación, suele decidir "tirar p'alante": "les digo sí y luego ya veremos que pasa".
viernes, 27 de noviembre de 2009
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